Libros leídos

30 de octubre de 2009

Tango electronico, panes caseros, té y libros (mi mundo privado)

Les cuento que me encanta cocinar y últimamente al placer de leer le volví a agregar el placer de cocinar (y comer, obvio). Me obsesioné con la máquina de pan y hasta que no me la compre no voy a parar. Estuve visitando blogs amigos sobre cocina (¡cuánto hay en los blogs!, es realmente admirable y de una calidad excelente). 

Puede parecer que esto nada tiene que ver con el club de lectura, pero resulta que cuando nos juntamos con las chicas una vez por mes para comentar los libros, obviamente también llevamos "cositas pecaminosas" para ingerir durante las reuniones mientras charlamos sobre cosas mundanas y tomamos mate (la que escribe toma té, por supuesto). Es una charla de amigas, mas allá del libro en cuestión, al cual le sacamos todo el jugo posible. Por ahora tenemos cinco miembros, somos poquitas, pero les aseguro que se disfruta mucho mas así, porque si somos muchas se hace mucho engorro. 

En realidad este post era para ponerme al día con algo super importante que me di cuenta: ¡No puse reseñas de los libros! Im-per-do-na-ble. Lo voy a ir haciendo de a poco porque son muchas reseñas y no tengo tantas ganas de escribir. Además, lo voy a ir mechando con cositas que me gusten, que me llamen la atención y con cosas de acá y de allá... Para arrancar les dejo el enlace de un tema de Bajo Fondo (es tango electrónico) junto a Julieta Venegas, "Pa´Bailar".



Y ahora sí, me dejo de dar vueltas y hago algo que tendria que haber hecho hace muuucho, mucho tiempo:

Boquitas Pintadas (primera reunión):

Fue publicada en 1969 por Sudamericana. Aqui Manuel Puig habla de su pueblo, General Villegas, provincia de Buenos Aires (Coronel Vallejos en la ficcion), contando sus trivialidades, sus pequeños mundos, sus hablas pueriles y ubicando la historia en un espacio de tiempo que va desde 1934 hasta 1968. El título hace referencia a un fox trot, Rubias de New York, que Gardel cantaba en una película de 1934, El tango en Broadway.

Boquitas pintadas es una novela en forma de folletín que habla de los amores, las mezquindades y las pequeñas miserias de los habitantes de un pueblo a través de la historia de los amoríos provincianos de Juan Carlos Etchepare, un galán de los años treinta marcado por el estigma de la tuberculosis, con tres mujeres: Mabel, una maestra, Nené , la dependienta y Elsa, una viuda del lugar. Todo ello en medio de entretelones y pasiones de todo tipo.

Comienza con un aviso necrológico, que da cuenta de la muerte de Juan Carlos Etchepare, el galán del folletín. Su muerte está registrada en una revista mensual de la localidad de Coronel Vallejos. Las palabras encubren la verdad. No es otra cosa esa serie de adjetivos de alabanza que son expresiones hechas, lenguaje de ocasión.


La novela nos va a revelar la otra verdad, Juan Carlos tuvo una vida trivial y carente de profundidad que no merece ese elogio.

En el pueblo que pinta Puig prevalecen los prejuicios, lo que más importa es cubrir las apariencias, moverse entre ocultamientos para que las mujeres no sean juzgadas por una moral hipócrita y prejuiciosa. El miedo al aislamiento hace que las mujeres como Nené se decidan por una vida socialmente pautada, aunque esto signifique rechazar los propios deseos. Sin embargo, esta conformidad automática oculta el pago de un precio muy alto: la pérdida de la personalidad.

Los finales resultan felices, como en las películas. Sin embargo, la nostalgia y la melancolía del tango ha sido una constante en las dieciséis entregas.


Nota personal: Boquitas Pintadas ya la había leído hace muchos años y me había encantado. Cuando el año pasado la releí para el club, me dejó una sensación muy extraña, como de melancolía por los sueños de juventud que se van perdiendo, el paso del tiempo, ¡qué sé yo!... Todo lo contrario a la primera vez que la leí, que me había parecido, incluso, mucho más divertida...

2 comentarios:

  1. En cuanto a mí, la leí el año pasado y hará una semana ví la película que es una adaptación muy buena y fiel del texto (en la que además, aportó el propio Puig). Es, sin duda, un texto poco usual y al lector poco acostumbrado lo deja con cierta sorpresa y desconcierto. Coincido con vos en que al terminarla, deja un extraño sabor agridulce en la boca; es como el momento posterior a una carcajada prolongada... una pausa entre una cosa y otra, pequeña y eterna, desconcertante y familiar al mismo tiempo.

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  2. Me parece una novela hermosísima... Y la peli también me gusta, pese a que el propio Puig renegó de ella. Una novela imperdible. Besitos,

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Este es un Salón de Té, un lugar frecuentado por damas y caballeros, por lo tanto demostremos buenos modales y educación.

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