Es una mixtura entre ambas culturas. Es claramente hija de su tiempo y su ancestralidad (aunque parezca contradictorio).
Las historias se inician en un San Francisco moderno, donde una mujer de mediana edad, cosmopolita y perfectamente normal, se ve arrastrada, de la mano de su madre anciana, a la China de la posguerra. Entre ellas existen múltiples conflictos, entre ellos el tema de la negación de la hija a reconocerse en parte china, la rigidez materna y los eternos tires y aflojes que toda hija tiene con su madre, sea ésta china o no.
Asi son las historias de Amy Tan. Un poco modernas, un poco chapadas a la antigua. Entre toda su bibliografía se destacan tres libros, uno de ellos llevado al cine.
Los cien sentidos secretos (1995)
La hija del curandero (2001)
Particularmente, me ha agradado el especial cuidado que pone la autora a la hora de retratar la vida en China y sus costumbres. Siempre le da la justa vuelta de tuerca para que no parezca un folletín, no es para turistas. Pero al mismo tiempo, el lector occidental lo puede entender y apreciar en toda su franqueza y belleza.
De los tres libros que mencioné, el más entrañable es Los cien sentidos secretos, donde cambiamos a la madre por una hermana mayor. Son historias de mujeres pero no exclusivamente para mujeres. Todo el mundo puede apreciar su magnitud, aunque sean una especie de retrato familiar. Y en esto, se parece mucho a Isabel Allende, donde escribe historias que le contaron, supersticiones y hasta recetas secretas, sin dejar de lado el dolor o la guerra.
De los tres libros que mencioné, el más entrañable es Los cien sentidos secretos, donde cambiamos a la madre por una hermana mayor. Son historias de mujeres pero no exclusivamente para mujeres. Todo el mundo puede apreciar su magnitud, aunque sean una especie de retrato familiar. Y en esto, se parece mucho a Isabel Allende, donde escribe historias que le contaron, supersticiones y hasta recetas secretas, sin dejar de lado el dolor o la guerra.